DIANA SPENCER (LADY DI)
La princesa de Gales, más conocida con el nombre de lady Di, nació en Park House, Sandringham (Norfolk), el 1 de julio de 1961 y falleció en el hospital La Petié Salpetrière de París la noche del 30 al 31 de agosto de 1997. Alcanzó popularidad mundial por su matrimonio con Carlos, heredero de la corona británica, su posterior divorcio y, aún más, por su prematura muerte.
Hija menor de John Spencer, octavo conde de Althorp, y de Frances Ruth Roche, Diana Spencer creció en una familia de la pequeña nobleza junto a sus 3 hermanos recibiendo su primer educación de parte de institutrices.
En 1968 sus padres se divorcian y luego de una batalla legal, quedan bajo custodia paterna, quien vuelve a casarse más los hermanos Spencer jamás vivirían con su madrastra.
Educada en distintos colegios de Gran Bretaña y Suiza se establece en Londres en 1977 y conoce a Carlos en una partida de caza. Dos años después se pondrían de novio, casándose el 29 de julio de 1981 en la catedral de Saint Paul y oficiada por el arzobispo de Caterbury, dada la jerarquía del matrimonio.
Pero lejos de ser un cuento de Hadas, desde el primer momento comienzan a mostrarse los lados complicados que esta relación iba a tener.
Diana fue elegida para esposa de Carlos, por ser miembro de la nobleza de una casa distinguida y obviamente por ser soltera.
Carlos, que ya mantenía un romance con Camila Parker Brown fue en cierta forma forzado a contraer matrimonio con Diana a la cual no quería, pero consideraba políticamente correcto.
El casamiento impuesto por la Reina Madre, Isabel II y Felipe de Edimburgo, convocó a toda la realeza del mundo así como a dignatarios muy prestigiosos.
Desde el comienzo del matrimonio se comenzó a visualizar que el cuento de Hadas, no iba a ser tal.
El 21/6/82 nace Guillermo y poco tiempo después la princesa se ve obligada a viajar sola al funeral de la princesa Grace Kelly. El 1º viaje oficial de la pareja se realiza en abril de 1983 a Australia y Nueva Zelanda.
El 15/9/1984 nace Enrique el segundo hijo del matrimonio.
Diana siempre intentó brindarle una educación y una atención especial a sus hijos, a pesar de la cantidad de compromisos sociales que le eran impuestos por protocolo.
Si bien exteriormente nada parecía indicar que algo estuviera mal, ya los cruces entre Diana y los demás integrantes de la casa real, se comenzaban a conocer, al margen que Carlos en ningún momento había cortado su relación con su amante de años Camila, lo que además ni siquiera era criticado por sus padres.
Cada vez más frecuente, enfrentaba los viajes oficiales y los compromisos de su rango de Alteza Real, sola sin la compañía de su marido.
Era criticada de forma muy especial por integrantes de la casa real, por dejar de lado el protocolo en varias ocasiones y acercarse al pueblo.
Diana era de la idea, que la Casa Real, debía tener un acercamiento hacia su pueblo y eso también se lo inculcó a sus hijos. Esto resultaba total y absolutamente intolerable para la Reina Madre, Isabel y sobre todo Felipe quienes manifestaban permanentemente su descontento ante estas situaciones.
Obviamente la situación fue tornándose cada vez más tirante y en 1992, se hizo público la situación de la pareja. Se separaron en 1994, obteniendo Diana el divorcio en 1996.
Si bien perdió oficialmente el título de Alteza Real, conservó el de Princesa de Gales.
A partir de ahí y contrariando totalmente la voluntad de la Casa Real, Diana se vuelca totalmente a causas humanitarias prestando su imagen pública para la recolección de fondos, para la lucha contra el SIDA, contra las minas antipersonal (Angola 1997) que tantas vidas aún hoy siguen costando. Fue embajadora Unisef y colaboró permanentemente ayudando a personalidades como Nelson Mandela, el Dalai Lama o la Madre Teresa de Calcuta con quien incluso tuvo una especial relación de amistad. Casualmente sus últimas declaraciones públicas antes de su fallecimiento fueron para lamentar la muerte de una mujer con un enorme compromiso a favor de los desfavorecidos.
Su tarea fue incansable, así como el crecimiento de su popularidad y el decrecimiento de la imagen de la Corona Británica. Incluso, en algún momento se llegó a poner en duda el porque se seguía manteniendo una monarquía de espaldas a la gente.
La muerte la sorprende en 1997 un 31 de agosto en un accidente que todavía hoy genera controversias. Junto a su pareja Dodi Al-Fayed perecen en un accidente en París.
Las muestras de dolor de millones de personas frente a las puertas del palacio de Buckingham, colocando flores, fotos, y los más variados objetos, fueron una clara demostración de que si la Casa Real no reveía su actitud para con el funeral de Lady Dy, se encontrarían en gravísimos problemas por la reprobación generalizada que la actitud de cerrazón y de tratar de ignorar el hecho por parte de la Reina estaban ocasionando.
Mucho influyó en esto el recientemente elegido ministro Tony Blair, que forzó al máximo la situación para que la Reina entendiera el tremendo riesgo que se corría.
Diana tuvo un funeral, que si bien no recibió el nombre de funeral real, sí tuvo todas las características.
Amada por el pueblo, obligó a la Reina y su familia a cambiar su actitud. Impulsados también por los hijos de Diana. Guillermo y Enrique.
Hoy finalmente la Casa Real ha tenido que admitir el casamiento de Carlos con Camila y aunque le siga pesando Diana seguirá siendo para ellos una molestia aún desde la tumba.
Hija menor de John Spencer, octavo conde de Althorp, y de Frances Ruth Roche, Diana Spencer creció en una familia de la pequeña nobleza junto a sus 3 hermanos recibiendo su primer educación de parte de institutrices.
En 1968 sus padres se divorcian y luego de una batalla legal, quedan bajo custodia paterna, quien vuelve a casarse más los hermanos Spencer jamás vivirían con su madrastra.
Educada en distintos colegios de Gran Bretaña y Suiza se establece en Londres en 1977 y conoce a Carlos en una partida de caza. Dos años después se pondrían de novio, casándose el 29 de julio de 1981 en la catedral de Saint Paul y oficiada por el arzobispo de Caterbury, dada la jerarquía del matrimonio.
Pero lejos de ser un cuento de Hadas, desde el primer momento comienzan a mostrarse los lados complicados que esta relación iba a tener.
Diana fue elegida para esposa de Carlos, por ser miembro de la nobleza de una casa distinguida y obviamente por ser soltera.
Carlos, que ya mantenía un romance con Camila Parker Brown fue en cierta forma forzado a contraer matrimonio con Diana a la cual no quería, pero consideraba políticamente correcto.
El casamiento impuesto por la Reina Madre, Isabel II y Felipe de Edimburgo, convocó a toda la realeza del mundo así como a dignatarios muy prestigiosos.
Desde el comienzo del matrimonio se comenzó a visualizar que el cuento de Hadas, no iba a ser tal.
El 21/6/82 nace Guillermo y poco tiempo después la princesa se ve obligada a viajar sola al funeral de la princesa Grace Kelly. El 1º viaje oficial de la pareja se realiza en abril de 1983 a Australia y Nueva Zelanda.
El 15/9/1984 nace Enrique el segundo hijo del matrimonio.
Diana siempre intentó brindarle una educación y una atención especial a sus hijos, a pesar de la cantidad de compromisos sociales que le eran impuestos por protocolo.
Si bien exteriormente nada parecía indicar que algo estuviera mal, ya los cruces entre Diana y los demás integrantes de la casa real, se comenzaban a conocer, al margen que Carlos en ningún momento había cortado su relación con su amante de años Camila, lo que además ni siquiera era criticado por sus padres.
Cada vez más frecuente, enfrentaba los viajes oficiales y los compromisos de su rango de Alteza Real, sola sin la compañía de su marido.
Era criticada de forma muy especial por integrantes de la casa real, por dejar de lado el protocolo en varias ocasiones y acercarse al pueblo.
Diana era de la idea, que la Casa Real, debía tener un acercamiento hacia su pueblo y eso también se lo inculcó a sus hijos. Esto resultaba total y absolutamente intolerable para la Reina Madre, Isabel y sobre todo Felipe quienes manifestaban permanentemente su descontento ante estas situaciones.
Obviamente la situación fue tornándose cada vez más tirante y en 1992, se hizo público la situación de la pareja. Se separaron en 1994, obteniendo Diana el divorcio en 1996.
Si bien perdió oficialmente el título de Alteza Real, conservó el de Princesa de Gales.
A partir de ahí y contrariando totalmente la voluntad de la Casa Real, Diana se vuelca totalmente a causas humanitarias prestando su imagen pública para la recolección de fondos, para la lucha contra el SIDA, contra las minas antipersonal (Angola 1997) que tantas vidas aún hoy siguen costando. Fue embajadora Unisef y colaboró permanentemente ayudando a personalidades como Nelson Mandela, el Dalai Lama o la Madre Teresa de Calcuta con quien incluso tuvo una especial relación de amistad. Casualmente sus últimas declaraciones públicas antes de su fallecimiento fueron para lamentar la muerte de una mujer con un enorme compromiso a favor de los desfavorecidos.
Su tarea fue incansable, así como el crecimiento de su popularidad y el decrecimiento de la imagen de la Corona Británica. Incluso, en algún momento se llegó a poner en duda el porque se seguía manteniendo una monarquía de espaldas a la gente.
La muerte la sorprende en 1997 un 31 de agosto en un accidente que todavía hoy genera controversias. Junto a su pareja Dodi Al-Fayed perecen en un accidente en París.
Las muestras de dolor de millones de personas frente a las puertas del palacio de Buckingham, colocando flores, fotos, y los más variados objetos, fueron una clara demostración de que si la Casa Real no reveía su actitud para con el funeral de Lady Dy, se encontrarían en gravísimos problemas por la reprobación generalizada que la actitud de cerrazón y de tratar de ignorar el hecho por parte de la Reina estaban ocasionando.
Mucho influyó en esto el recientemente elegido ministro Tony Blair, que forzó al máximo la situación para que la Reina entendiera el tremendo riesgo que se corría.
Diana tuvo un funeral, que si bien no recibió el nombre de funeral real, sí tuvo todas las características.
Amada por el pueblo, obligó a la Reina y su familia a cambiar su actitud. Impulsados también por los hijos de Diana. Guillermo y Enrique.
Hoy finalmente la Casa Real ha tenido que admitir el casamiento de Carlos con Camila y aunque le siga pesando Diana seguirá siendo para ellos una molestia aún desde la tumba.
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